lunes, 30 de abril de 2007

Sant Jordi

¡Se me olvidó poner este post!

Sí, soy un pequeño desastrillo... ^_^

En fin, como todos sabéis, el día 23 de abril es Sant Jordi... y Luis, como todos los años (y yo también, eh... ) siguió con la tradición. Cuando llegué a casa, tarde y cansada después del trabajo, allí estaba Luis esperándome con una preciosa rosa roja. ¡Muchas gracias cariño! Yo, por mi parte, también le di el tradicional libro, jejejeje...



Me encanta Sant Jordi, aunque echo de menos pasear por calles abarrotadas de puestecitos de libros, de rosas, de estudiantes intentando vender rosas para irse de viaje de fin de curso... es un ambiente muy especial.

Un beso
Lau
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Luis followed the tradition and on April 23 (Saint George, saint patron of Catalonia as well) gave me a red rose... and i gave him a book, of course, following the Catalan tradition.

Love,
L&L

sábado, 21 de abril de 2007

Paris, Mon Amour

Paris, Mon Amour!

[Luis al habla]: Este año, mi cumpleaños ha tenido una celebración de lo más especial. Y además de especial, sorprendente. Y es que Laura me llevó a París, a pasar un fin de semana romántico. Aunque de decir nada de qué cosas vimos allí, y de qué hicimos, creo que merece la pena ponernos en antecedentes... Y es que yo estuve en París hace 15 años, cuando el viaje de fin de curso de 3º de BUP, y siempre había querido volver, porque la ciudad me había encantado. Y claro, de vez en cuando comentábamos el tema y Laura se lo apuntó mentalmente.

Y hará cosa de unos dos meses, Laura empezó a prepararlo todo. Digo yo que fue hace unos dos meses más o menos, aunque ella podrá dar más detalles... Me dijo que me tenía que coger el viernes previo a mi cumpleaños, el 13 de abril, de vacaciones, "porque tienes que estar en casa porque viene la primera parte de tu regalo, te la van a entregar en casa y tienes que estar". Yo, por supuesto, no podía sospechar nada, así que me cogí ese día de vacaciones, y tan tranquilo (es un decir, porque la curiosidad me comía por dentro). Y ella no dejaba de pincharme diciendo que el regalo me iba a encantar, que era en varias partes, y que ya lo entendería todo en su momento. Justo el día antes, incluso me dijo que preparara la mochila con la cámara porque la necesitaría, y que además nos levantaríamos a una hora más o menos temprana, pero que no me preocupase porque la cámara sólo la llevaría durante 5 minutos. Claro, con esos detalles, yo pensaba que de alguna manera me había preparado una especie de gymkhana para los regalos, aunque me extrañaba todo muchísimo. Pero llegamos ya al día D, así que mejor contar las cosas día a día...

[Lau al habla]: Pero antes de que Luis se enrolle con la crónica, dejadme que os cuente lo muuuucho que me costó mantener el secreto, lo bien que me lo pasé organizándolo todo y lo nerviosa que estaba el jueves por la noche, ^_^. ¡Pero mereció muchísimo la pena! Tendríais que haber visto la cara de Luis, jejejejeje… Bueno, os dejo con la crónica…

Viernes 13 de abril

Nos levantamos prontito, y Laura me dice que no pregunte, y que le haga caso sin rechistar a todo lo que me diga. Me cuesta, porque estoy lleno de dudas, y no entiendo nada. De hecho, después de desayunar, incluso me dice que… ¡¡¡¡me tiene que encerrar en la cocina!!!! Pasados 5 minutos, me dice que salga, y veo el trolley preparado. Como estaba tan convencido de que tenía que venir alguien de correos o de alguna empresa de mensajería a traerme un regalo, y como pensaba que íbamos de gymkhana, mi primer (y estúpido) pensamiento es "vaya, igual lleva mi regalo en la maleta". Por supuesto, esto me dura 5 segundos en la cabeza, porque es evidente que nos vamos de viaje. Ahora entiendo lo de que tenga la mochila de la cámara preparada.

Me empiezo a poner nervioso, y busco todas las tarjetas de viajero frecuente de las diversas alianzas de aerolíneas, y veo que me falta la de Air France, pero Laura me dice rápidamente que no me preocupe, que no nos hace falta, que ya la buscaremos a la vuelta en todo caso, por lo que yo no le doy más vueltas. Bueno, pienso que como no me tengo que preocupar, volaremos con alguna aerolínea de bajo coste, para las que no tengo tarjeta (porque tengo de Iberia, de Spanair, y de Air France, con lo que cubro las tres grandes alianzas).

Llegamos al aeropuerto y Laura me dice que vamos a la Terminal 1. Eso descarta Vueling, que sale de la T4! Pero de repente, pasamos por delante de los mostradores de Air France, y cuando yo estoy dispuesto a seguir caminando, Laura se empieza a parar, y lo veo todo claro. ¡Entonces ella saca del bolsillo mi tarjeta de Air France! ¡La muy jodía me la había cogido para hacer la reserva! Además, había facturado por Internet, de forma que sólo tuviéramos que dejar los equipajes en un mostrador especial. Por supuesto, el destino más normal de Air France desde Madrid es París, aunque hay otros, pero prefiero no mirar demasiado para no saber cuál es el destino hasta el último momento… y como vamos al mostrador de “bagaje-drop off”, pues no puedo ver a donde vamos. Como estamos muy emocionados los dos, no nos importa demasiado que el mostrador para dejar los equipajes vaya lentísimo, y es que lo estaban utilizando también para gestionar las listas de espera de la gente que iba en vuelos con overbooking, y tardan más de la cuenta. Aunque, como empiezan a tardar bastante, Laura va a quejarse a una empleada, que muy amablemente nos lleva a un mostrador cerrado, revisa nuestra documentación y nos factura la maleta ipso facto. ¡Estupendo!

Pasamos el control de seguridad, y le digo a Laura que no quiero sentarme en la zona de nuestra puerta de embarque, porque no quiero ver el destino hasta el último momento. Así que cuando quedan 10 minutos para embarcar, vamos para allá, y en efecto, ¡es París! ¡¡¡¡Qué bien!!!! (Aquí Laura al habla… tendríais que haber visto la cara de alelao que tenía Luis, jejejejeje, estaba más mono!!!!!!). Eso sí, lo que iban a ser 10 minutos de espera para embarcar se convierten en media hora, y luego, una vez dentro del avión, nos toca esperar más de la cuenta para poder despegar. Esta vez no es que haya pasajeros que no han embarcado y sus maletas están dentro, no es que haya mucho tráfico, no. Esta vez escuchamos una excusa nueva, que no habíamos oído jamás, y es que el avión no puede despegar porque al parecer hay maniobras militares sobre esa zona de Madrid y no tenemos permiso. Nos llegan a decir incluso que, de las 12:40 que era nuestra hora original de salida, vamos a tener que esperar hasta las ¡¡¡¡15:00 horas!!!! Al rato, el capitán nos dice que ha habido "suerte" y que podremos salir a las 14:00 horas. Qué bien, siempre que volamos con Air France nos pasa algo. Laura empieza a estar hasta las naricillas :D

Finalmente empezamos a movernos a las 14:00 horas, tal como había dicho el capitán (al menos hay que reconocer que el hombre era majete jejeje) y para que no nos quejemos demasiado (suponemos) nos dan algo para comer y todo… ¡lo nunca visto! Todo el mundo en la clase turista flipándolo, claro, porque ya sabemos que actualmente casi ni te dan las gracias. En fin, llegamos a París a las 15:25 horas, que no está tan mal. Pero claro, siempre pasa algo... Algo más, quiero decir. En este caso, las maletas tardan muchísimo en salir, hasta el punto que, en la cinta de equipajes por las que saldrán nuestras maletas, también pone que hay otros vuelos cuyas maletas saldrán por ahí, y a pesar de ser vuelos posteriores, sus maletas salen antes que las nuestras! Al cabo de 40 minutos, y después de que alguien preguntara a los operarios de equipajes, acaban saliendo todas las maletas del vuelo de Madrid, ¡por fin!

Nos vamos a la estación de RER (cercanías francesas) situada en el propio aeropuerto Charles de Gaulle, y ahí, menudo lío... Hay máquinas automáticas, pero que no dejan muy claro qué es lo que hay que coger. La cola para las taquillas es inmeeeeeensa, y cuando nos enteramos de que en las máquinas sí que se pueden sacar los billetes, resulta que ninguna acepta billetes, sólo monedas o tarjetas de crédito, pero muchas de ellas no tienen habilitado ni siquiera el pago con tarjeta de crédito (¡joer que cutre!, exclamamos), y claro, no llevamos en monedas los 16 euros que cuestan los dos billetes. Finalmente lo conseguimos, (oleeeee, ^_^) y ale, para el tren corriendo que se va en 1 minuto. Por dios, vaya trenes más cutres... Si es que hace 15 años, la última vez que estuve en París, ya eran así... Y con los 25 grados que hay en París, y la sensación de bochorno, no ayuda nada viajar en trenes sin aire acondicionado...

Llegamos a la Gare du Nord, y cambiamos al metro para ir hasta nuestro hotel, el Hotel du Moulin, situado muy cerquita del famoso Moulin Rouge, y también muy cerca del Sacre Coeur. El hotel es peculiar, muy pequeñito, y está regentado por un coreano muy simpático, y toda la información está en francés y coreano… creo que debíamos ser los únicos occidentales del lugar, ^_^. ¡Si hasta el desayuno incluye platos coreanos! La habitación es pequeñita, pero está muy limpio, es barato (algo casi imposible en París) y está bien situado, por lo que no nos quejamos demasiado. Dejamos los trastos, nos aseamos un poco y salimos a intentar aprovechar un poquito la tarde. Empezamos acercándonos a la zona de Pigalle, donde está el Moulin Rouge y una gran cantidad de sex-shops y lugares de entretenimiento para adultos, jejejejejee... Aquí tenéis una vista del Moulin Rouge...


Como hace un día espectacular, plenamente veraniego, hay un ambientazo impresionante. Paseamos por el Boulevard de Clichy para ir a parar a Sacre Coeur, uno de los símbolos más impresionantes de la ciudad, una basílica que se alza, grandiosa, en pleno barrio bohemio de Montmatre:

Allí, nos sentamos un rato a admirar las vistas y descansar del calor, visitamos la iglesia por dentro y vamos hacia el barrio más bohemio de París: Montmatre. Aprovechamos para pasear por la famosa Place du Tertre, toda llena de artistas que dibujan a los turistas mientras el resto se toma algo en las terracitas de la zona... Mirad, mirad:

... y perdernos por las calles de Montmatre, todas llenas de restaurantes, tiendas, locales para artistas...

... para acabar encontrando los dos molinos que todavía están en pie en la Rue de Lepic.

Esa noche queríamos ir a cenar al Refuge des Fondues, uno de los sitios de fondues más interesantes de todo Paris, además de por lo ricas que están, por lo peculiar del sitio. Laura ya había estado, hacía 6 años, con Amber, pero le apetecía mucho llevarme a mí, me había hablado mucho del sitio, etc… Pero a las 20:15, hora a la que llegamos, el sitio está hasta arriba y nos dicen que, si les decimos que queremos ir seguro, podrían asegurarnos un sitio para las 22-22:30 horas. A mí me apetece muchísimo, claro, porque no he estado nunca y es Laura la que me lo había recomendado, pero a Laura la idea le cuesta, porque el estómago empieza a gruñir (habíamos comido muy poco) y no quería esperarse tanto. Pero como es mi regalo de cumpleaños, hace de tripas corazón y reservamos. Mientras, hacemos tiempo tomándonos una cervecita por la zona, en una terraza en la que se está muy a gusto, y en la que nos clavan 14 euros por dos cervezas (¿quién decía que Escandinavia es una zona cara? :P).

A las 21:45 le digo a Laura de ir para el sitio de las fondues, aunque ella no tiene muchas esperanzas y se piensa que hasta las 22:30 no podremos entrar. Pero nada más llegar tenemos la suerte de que se van cuatro personas, así que, aunque tenemos una pareja delante de nosotros, entramos sin problemas. El sitio, para que os hagáis una idea, es muy pequeñito, y tiene mesas corridas a lo largo de las paredes laterales (que están todas escritas y graffiteadas por los visitantes que ha tenido el sitio en toda su historia. Y para pasar a los asientos de dentro, los que están pegados a la pared, como no hay espacio entre mesa y mesa, lo que hacen es poner una silla como escalón, para que alguien pase por encima de la mesa hasta el sitio interior. ¡Muy curioso! Y para continuar con lo curioso, la bebida (lo más normal es vino blanco o tinto) te la sirven en un biberón. Sí, tal como lo escucháis, ¡un biberón! Es un sitio genial. Laura, bebiendo vinito de su biberón y con la fondue allí esperando:

El menú es sencillo, porque básicamente no hay carta, sino que tienes un plato de entrantes, que tiene un poquito de todo (queso, salchichón, chorizo, aceitunitas…), luego una fondue a elegir, de carne o de queso, y postre y café. Nosotros pedimos la fondue de queso y biberón de vinito tinto ambos. Al poco rato se sientan a nuestro lado una pareja de italianos que, a primera vista, parecen simpáticos, pero que luego son un poco sosillos: ¡si es que no saben ni comer fondue! Primero piden ambos coca-cola, y luego, él, en lugar de pinchar el pan, mojarlo en el queso, y comérselo, echa los cachos de pan con queso en el plato y se los come luego de ahí. Además, cuando todavía nosotros estamos “empezando” con nuestra fondue, ellos ya se han terminado el postre. Si es que se habían dejado casi toda la fondue… duran realmente poco en el local, creo que no lo han disfrutado del todo, una lástima..

Y Luis, bebiendo vinito de su biberón:

Bueno, nosotros seguimos comiendo, que estamos hambrientos. De hecho, acabamos con dos cestas de pan, y nos llegan a traer la tercera, aunque ya hay poco queso en el recipiente! Y entonces, no sé ni cómo, nos ponemos a hablar con un francés sentado a mi lado, y con su novia. Un francés que iba bastante perjudicado etílicamente, porque anda que no le estaba dando al vinito el tío... Pero resulta simpatiquísimo, y con una mezcla de español, francés, e inglés, conseguimos entendernos. El hombre nos cuenta que tiene una página en MySpace, y que es actor (de cortometrajes de momento) y cantante, que curra en Giorgio Armani de Galerías Lafayette vendiendo bolsos y zapatos para sacar algo de dinero hasta que le llegue la fama, y nos acabamos partiendo de risa, recordando chorradas, y hablando de todo un poco. Llegamos incluso a hablar de Goldorak, el Mazinger Z francés, y luego, un grupito de 4 franceses que habían llegado más tarde, también muy simpáticos, nos preguntan el nombre, y cuando les digo que es Luis, cantan los cuatro a voz en grito "Booooonsoiiiir Luiiiiiiiiiis". Y luego lo mismo con Laura. Joder vaya pedal que lleva aquí la gente :D (para que luego se diga que no son simpaticotes los franceses...). Y el "líder" de este grupo de cuatro, cuando le decimos que somos españoles, nos empieza a hablar en español, pero cantando, encadenando frases sacadas de los estribillos de canciones españolas que ha escuchado: Hijo de la luna, Mujer contra mujer, Un rayo de sol, La bamba, y claro, todos retorcidos de risa...

A las tantas de la noche, y con mucho vino en el cuerpo, y mucho pan con queso también, nos vamos para el hotel, con la sensación de que, pese a la paliza del aeropuerto, y a lo mucho que hemos tardado desde que salimos de Madrid hasta que llegamos al hotel, el día ha merecido mucho la pena.Y mañana tenemos tooooodo el sábado para nosotros!!!!

(Nota de Laura: Realmente, Le Refuge des Fondues fue la caña... ¡vaya tontería que agarramos todos! Yo, a las 5:00h de la mañana tuve que levantarme a tomarme algo, tenía un dolor de cabeza resacoso de la muerte, jejejejeje...)

Sábado 14 de abril


Nos ponemos el despertador a las 9 de la mañana, para aprovechar bien el día. Tomamos un cafetito en la terracita de una cafetería cercana al hotel (¡2 euros por cada café espreso! ¡Vaya robo!) y cogemos el metro en Pigalle para ir hasta la Ópera. Allí damos una vuelta alrededor del precioso edificio de la Ópera, que lamentablemente tiene una parte en obras, así que las fotos no son todo lo perfectas que quisiéramos :D Un ejemplo:

Desde allí, tomamos, bajo un sol abrasador, la Avenida de L'Opera hasta llegar a uno de los puntos más conocidos de París: el Louvre. Ahí hacemos unas cuentas fotillos de la pirámide y de los edificios, nos sentamos y descansamos un rato tomando el sol… Aquí nos tenéis, delante de la piramide de cristal más grande del Louvre:

Hay mucho ambiente, pero no tenemos tiempo de entrar, así que vamos en dirección a los Jardines de las Tullerías, un precioso parque lleno de gente, y con un calor asfixiante... Eso sí, las vistas son preciosas...

Compramos un helado que se nos queda en nada, y seguimos haciendo fotos de todo lo que podemos, hasta llegar a la Plaza de la Concordía, con su famoso monolito. Más fotos, y luego, un ratito sentados en los Campos Elíseos. Allí nos planteamos qué hacer: ¿vamos andando hasta el Arco de Triunfo o cogemos el metro? Según el mapa de metro, hay cuatro estaciones, así que aprovechando que hemos comprado un pase de metro que nos vale todo el día, nos metemos bajo tierra, y ale, a coger el metro, que no hay que cansarse demasiado. Aquí tenéis la típica foto del monolito de la Plaza de la Concordia:

Llegamos al Arco de Triunfo, damos una vueltecilla por el Arco, fantástico él, con los nombres de todos los lugares en los que el ejército francés ha vencido, y con la tumba del soldado desconocido, y nos metemos luego en el PublicisDrugstore, un mini-centro comercial muy pijín él, situado en el lugar donde hace un tiempo estaba la oficina de turismo, que era lo que queríamos ver (básicamente queríamos ir al baño y pensábamos que en la oficina de turismo habría, pero bueno, en este centro comercial también… ¡y vaya baños más pijines! De estos de puertas transparentes…). Por cierto, os dejamos con una foto de nosotros dos delante del Arco:

Aprovechamos que estamos ahí para hacer planes para el resto de la tarde: que si la Torre Eiffel, que si Notre Dame… ¡pero antes habrá que comer! Como no vemos ningún sitio donde comprar nada, y aprovechando que hay un restaurante en ese mismo centro comercial, un poco pijillo, pero con buena pinta, y con terracita, llamado La Brasserie de PublicisDrugstore, situado enfrente de Cartier, nos quedamos a comer, y nos pedimos un menú con el que nos ponemos las botas: yo me pido unos blinis de salmón con nata agria y luego un tártar de ternera, y para postre una creme brûleé, o como se escriba :D Laura se pide de primero jamón de pato con queso de cabra e higos, nueces y canónigos, y luego un carpaccio de ternera con queso parmesano y de postre una macedonia de frutas. Nos dejamos una pasta, pero merece la pena, porque además hemos podido sentarnos un ratito más o menos largo, y es que las piernas ya empezaban a pedir clemencia, porque además el calor es espantoso.

Cogemos el metro en Arc du Triomphe hasta Trocadero, para poder admirar desde ahí la Torre Eiffel. ¡Vaya vistas! Sales del metro, giras a la izquierda y... ¡patapam! Te encuentras con estas vistas... no me digáis que no es espectacular:

Y anda que no impresiona ver esta mole de hierro en mitad de la ciudad. Vemos, además, como en los estanquillos que hay delante de la torre, la gente y los chavales aprovechan para refrescarse… los niños metiéndose completamente en el agua, como si de una piscina se tratara, a pesar de los carteles que dicen que está prohibido, :D, los mayores, remojándose sólo los piececitos. Aquí nos tenéis a nosotros dos (aunque el que hizo la foto estaba un poco mal, eh, porque ¡está torcida! En fin, es lo que tiene pedirle fotos a alguien...):

La torre está a rebosar de gente, así que lo que hacemos es imitar a los parisinos que hay tirados en el césped de los Campos de Marte, y nos quedamos un ratito ahí admirando la torre y descansando y viendo fotos de las hechas hasta el momento. Pero como somos unos culos inquietos y no podemos estarnos parados demasiado tiempo, se me ocurre que en lugar de ir directamente a Notre Dame, podemos pasar primero por los Inválidos y ver la tumba de Napoleón. Así que dicho y hecho, nos ponemos en marcha, llegamos hasta la Escuela Militar, y giramos para llegar hasta Los Inválidos, donde está, además, el Hotel des Invalides, residencia para ex-combatientes del ejército francés y la Église du Dôme, que os mostramos aquí, impresionante:

Entramos en la iglesia y vemos la tumba de Napoleón, que es de una grandiosidad impresionante (debe estar al mismo nivel que el ego del emperador, viendo las altas columnas, y las grandiosas decoraciones clásicas del lugar). Aprovechando la entrada, y aunque tenemos poco tiempo, damos una vueltecilla por el Museo del Ejército, con una colección impresionante de armaduras medievales.

Tras terminar aquí, y en vistas del calor impresionante, entro en una tienda de barrio y me compro una botella de agua de litro y medio. Basta ya de mariconadas, de comprar botellitas de medio litro en las zonas turísticas, que encima son mucho más caras! Nos metemos en el metro de nuevo y vamos hasta Odeon, para cruzar el Sena desde ahí y dirigirnos hacia la Île de la Cité, donde está Notre Dame. Pero antes de eso, y como nada más salir del metro hay un puesto de crepes, Laura no puede evitarlo y se compra uno con Nutella. Como ella misma dice, si estás en París tienes que pedirte un crepe al menos una vez, que sino no es lo mismo :D.

Caminamos hasta la fuente de St. Michel, y desde ahí cruzamos el río sobre el puente de St. Michel y ¡ya estamos en la Île de la Cité! Y vaya vista más fantástica, de nuevo, que es el Notre Dame. Sobre todo porque una de las torres ya no tiene andamios, que yo los vi hace 15 años, y Laura los siguió viendo hace 6, la anterior vez que estuvo. Allí hay una pareja que se está casando, pero no es lo que pensáis, no es que se esté casando en la catedral, sino que en la plaza que hay delante de la catedral, están haciendo como una boda alternativa, con amigos disfrazados, y con todos los turistas mirando. Aquí nos tenéis a nosotros, delante de Notre Dame:

Damos una vuelta alrededor de la catedral, para verla desde todos los ángulos, y nos planteamos subir para ver París desde lo alto, y ver las gárgolas de cerca, pero lamentablemente hemos llegado un poquito tarde y ya está cerrado, así que nos vamos hacia el Pont Neuf, pero caminando por el paseo que hay a orillas del río, llenísimo de gente haciendo botellón o simplemente descansando al lado del río, aprovechando el buen tiempo. Y mirad, mirad qué barquito pasó mientras estábamos por la zona... ¡el Capitán Fracasse! El barco en el que Laura había reservado cenita romántica (os lo cuento ahora mismo):

Pero se nos empieza a echar el tiempo encima, porque Laura me tiene preparada otra sorpresa, que es la cena, y es que no es una cena cualquiera, sino una cena en un crucero por el Sena, a las 22:00 horas. Tenemos ambos unas ganas tremendas, así que nos vamos para el hotel para darnos una duchita y cambiarnos. No, descansar no toca todavía, porque no nos da tiempo. Menudo día que llevamos los dos de caminar y más caminar. Encima, en la estación del metro en la que nos hemos bajado, Abesses, subimos por las escaleras aunque vemos que hay gente que se espera al ascensor, y luego descubrimos por qué, y es que parece que la estación está excavada en el infierno, porque hay montones de escaleras que no parecen acabar nunca! (y el metro de París parece alérgico, además, a las escaleras mecánicas).

Pero cuando vamos hacia Bir Hakeim, lugar desde donde sale el crucero, ya no nos acordamos de esto, porque vamos con unas ganas tremendas de llegar al barco. Y nada más salir de la estación, además, tenemos una vista preciosa de la Torre Eiffel iluminada, y justo en ese momento comienza a iluminar un montón de luces blancas sobre toda la estructura, que lo hacen cada hora, durante diez minutillos. Vaya noche más romántica que se avecina :D Mirad, mirad, grabamos un vídeo y todo (aunque sale en horizontal, ¡perdón!):


El barco por dentro tiene una pinta estupenda, y nos pedimos el menú especial, que incluye un cocktail de bienvenida, agua, vino y café. El cocktail lo puedes pedir con y sin alcohol, pero por lo que veo, es simplemente una mezcla de zumos tropicales, con el añadido de algún tipo de alcohol. Nosotros lo pedimos con, y tras probarlo, deducimos el tipo de alcohol que lleva: de desinfectar, porque está malísimo, súper fuerte, y parece peor que el peor garrafón. Encima, nos toman nota a los últimos de todos, y los 5 mini-entrantes los comemos los últimos de todos. Además, las vistas que yo tengo desde mi sitio no son las mejores, porque estamos sentados al lado del bar, en lugar de estar en mitad del barquito. Laura se preocupa, porque ella quiere que la cena sea perfecta, para culminar un día perfecto. Pero luego el camarero, muy simpático él, nos sirve con cierta presteza, y lo que parecía que iba a ser un pequeño desastre, siendo los últimos de todo, se arregla, porque nos sirven el segundo plato, un cacho de cordero asado con cebollita y puré de patas, riquísimo, con mucha rapidez. Lo bueno de esto es que como todavía queda mucha gente por comerse el segundo plato, y tienen que recogerlo todo antes de los postres, tenemos un rato para subir a la terraza que tiene el barco en su cubierta superior, y disfrutar allí de la noche parisina y de las vistas. Aquí Luis, con uno de los maravillosos puentes iluminados de París:

Hasta ese momento las vistas, de todas formas, no eran tan bonitas, porque estábamos en una parte del Sena muy a las afueras de París, pero justo cuando subimos nos damos la vuelta y empezamos a acercanos a la ciudad. Al rato, decidimos bajar a tomar el postre, que era una pequeña selección de tres cosas, y el café, para poder subir hacia la última parte, cuando volvamos a pasar por delante de Notre Dame, del Louvre, de la Plaza de la Concordia, y de la Torre Eiffel, que se ve desde lejos.

Aquí nos tenéis, con la Torre Eiffel iluminada:

Finalmente llegamos al embarcadero sobre las 00:00 horas, y qué puedo decir, ha sido un día fantástico, estupendo, y lo hemos disfrutado muchísimo. Yo me había propuesto ir a algún sitio a tomar algo para completar el día, pero estamos tan cansados que sólo podemos pensar en irnos hacia el hotel a dormir.

Domingo 15 de abril

Este día lamentablemente hay poco que contar, porque tenemos el avión a las 14:40 horas, pero entre que hay que llegar al aeropuerto con antelación, que hay que coger las cercanías, sólo nos da tiempo a bajar a desayunar en uno de los bares de la zona, y luego a descansar un poquito sentados al sol en el bulevar de la zona del Pigalle, rodeados de sex-shops y sitios de espectáculos eróticos :D

Recogemos todos los bártulos y vamos al aeropuerto, donde esta vez facturamos con mucha rapidez, y tras un vuelo sin incidencias reseñables, llegamos a Madrid, a un Madrid con un poco de lluvia y con más fresquete que el calorazo que hemos pasado, que nos ha hecho dejar los abrigos todo el fin de semana en la habitación del hotel. Vaya tiempo de locos. Estamos cansados, pero desde luego, ha merecido la pena muchísimo, por el viaje, por la cena, pero sobre todo, por el detalle, por la sorpresa tan grande que estuvo preparando Laura durante tanto tiempo (todavía no sé cómo consiguió mantenerlo en secreto y que no se le escapase nada!)

Besitos
Luis (y Laura)

P.d. Y si queréis ver más fotos, ya sabéis, id al MyMultiply de Laura o pinchad directamente aquí.

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Last April 16 was Luis' birthday and to surprise him, i had organized a romantic weekend in Paris... and he didn't know anything about it until the very last minute! It was so much fun... and romantic! As usual, you can follow what you did by reading the bold letters and watching the photos/video. Hope you like it!

And if you want to see more pics, you already know what to do: go to Laura's MyMultiply or click here.

Love, L&L

jueves, 19 de abril de 2007

Fotos de Suecia - Pics from Sweden

Bueno chicos, aquí tenéis una "pequeña" selección de fotos de Suecia. Todas ellas están sin tratar, pero esperamos poder poneros pronto algunas en grande por aquí (porque hay algunas muy bonitas)... ¡a ver si encontramos tiempo para hacerlo! Como siempre, las fotos las encontraréis en el espacio MyMultiply de Laura. Podéis acceder al álbum de fotos de Suecia pinchando directamente aquí.

La mejor manera de ver las fotos es utilizando el slideshow, ^_^ (marona, per si no te'n recordes: clica la primera foto de totes i quan s'obri, busca la paraula "slideshow" a la llista de paraules que apareixeran sota la foto; clica-la i a disfrutar!)

Además, unos posts más abajo tenéis la crónica del viaje, con fotitos también... ¡Esperamos que os guste todo!

Besines
L&L
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Okay, boys and girls, this is a "little" selection of pictures from Sweden. We haven't processed any of them, so stay tunned because we really want to find some time, process some pictures and put them in the blog (some picture are actually really beautiful). Anyway, as usual, you can see all the pics going to Laura's MyMultiply space. You can access the Sweden picture book directly clicking here.

The best way to see the pictures is using the slideshow... ^_^

More pictures and the chronicle (in Spanish only, sorry!) a few posts below... Hope you like it all!

Love,
L&L

lunes, 16 de abril de 2007

¡Feliz Cumple, Luis!

Hoy 16 de abril de 2007 es.... ¡el cumple de Luis!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELICIDADEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!!!!!!!!!!!!!

Bueno, cariño, después del súper-countdown (tirutiruuuuuu, ^_^), por fin ha llegado el día de verdad, así que muchas felicidades y que cumplas muchos más (conmigo a tu ladito, of course).

¡Te quiero birthday-boy!

Laura
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Today April 16 is Luis' birthday... Happy birthday honey!
Love, Laura

miércoles, 11 de abril de 2007

Haciéndonos los suecos: mapas!

Hola de nuevo!

Aprovechando la nueva funcionalidad de los mapas de Google, hemos creado un par de ellos para compartir con vosotros nuestros recorridos por las dos ciudades suecas más importantes. De momento sólo hay marcadores y descripciones, pero ya añadiremos fotos a los marcadores.

En primer lugar, os mostramos el mapa de nuestro largo paseo por Göteborg el día que estuvimos con Jae, Mathias, Misuzu, y las dos guapísimas peques, Moa y Alma.

Y en segundo lugar, el no menos largo paseo por Estocolmo la misma tarde de nuestra llegada a esta preciosa ciudad.

Si conocéis un poco las ciudades, echadles un ojo, y ya veréis qué paliza nos dimos :D

Besitos
Luis y Laura
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Taking advantage of new Google MyMaps functionality, here you have our interactive maps of the really long walks we took in the two biggest cities of Sweden. Now there are only markers, but we will add pictures to those markes, don't worry!

The links are in the Spanish text, the first one for Göteborg and the second for Stockholm!

Besitos
Luis y Laura

lunes, 9 de abril de 2007

Haciéndonos los suecos - Göteborg y Estocolmo

Como ya comentamos, nos decidimos por ir a Suecia esta Semana Santa, sobre todo para aprovechar y visitar a nuestros amigos suecos Mathias y Jae, que además de no verles desde nuestra boda, han sido papás hace tres meses de una niña preciosa llamada Alma. Os contamos a continuación un resumen de nuestras idas y venidas :D

Sábado 31 de marzo

Llegamos con tiempo a la Terminal 1 para facturar en los poco saturados puestos de Ryanair. Sin problemas, facturamos rapidísimamente (es lo que tiene que ya tengan todas las tarjetas de embarque preparadas y sólo tengan que escribir el nombre a mano, sin asignar asientos ni nada parecido) y pasamos el control de equipajes sin mayor problema. El problema es la comida, porque en la T1 los puestos que hay son de los antiguos, de los que sólo tienen los bocadillos de jamón serrano y queso o de tortilla, pero como no hay otra cosa, nos sentamos a comer un bocadillito y ale, a la puerta a esperar. Cuando todavía falta mucho, unos suecos se ponen ya de pie para hacer cola, así que todo el mundo a correr y a hacer cola también... ¡es el problema de que no haya asientos reservados, todo el mundo tiene prisa por entrar al avión y coger buen sitio! Finalmente, como también nos hemos puesto en la cola cuando hemos visto la que se estaba montando, somos de los primeros en acceder al avión, por lo que Luis respira tranquilo al ver que tenemos asientos libres en las salidas de emergencia (asientos muy espaciosos, todo hay que decirlo), que entre unas cosas y otras es un vuelo larguito (unas 3,5h) y el nene tiene que estar cómodo, ^_^. Es lo que tiene tener las piernas largas!


El vuelo bien… no paran de ofrecer que si comida (carísima), que si cartones de lotería (carísimos), que si artículos del duty-free, y todo ello varias veces: ¡qué pesados! Pero bueno, aterrizamos puntualísimos y llegamos al súper aeropuerto de Goteborg City… alucinados, y es que hay dos aeropuertos en la ciudad y éste, según la guía, es el más pequeño… ¡y vaya si es pequeño! ¡Es diminuto! ¡Pero si es un hangar! Tal cual os lo decimos, eh… un hangar. Aterriza nuestro avión y al final de la pista de aterrizaje gira y avanza por donde hemos llegado, más que nada porque no hay otra pista, y entonces se para delante de la "terminal" (por llamarle de algún modo). Alucinante. Y ni fingers ni autobuses ni nada, abren las puertas del avión y a correr libres como perdices hasta el hangar-terminal, jajajajaja... ¡mola! :)))) Además así podemos sentir que no hace nada de frío y hace una tarde espectacular, con un solecito y un cielo azulado precioso… Nos hacen entrar justo por la sala de recepción de equipaje en la que hay una única cinta de equipajes, jejejejee... ¡claro, si es que sólo hay dos vuelos programados hoy en este aeropuertecito! Recogemos las maletas, salimos fuera y.... ¡ahí está Mathias esperándonos! Besitos, abrazos y ale, al coche y para casa de Mathias, que está Jae con su pequeña Alma (de 3 meses) preparando la cena. Y vaya coche el de Mathias... Un pedazo de Saab 9-5 2.0t BioPower, con todos los detalles habidos y por haber. Y qué cómodo!!!! :D


Una fotito de nuestros anfitriones, Jae, Mathias y la pequeña Alma (la hicimos al día siguiente, pero bueno, así les "conocéis"):




En coche, pasamos por el centro de Göteborg y nos dirigimos a casa de Jae y Mathias, que se encuentra en Västra Frölunda, a las afueras de la ciudad, aunque dentro de poco se mudarán a una casita cerca de la playa!. Al llegar, Alma ya está dormidita, y Chico, el perro, nos da una calurosa bienvenida y ahí nos espera Jae con los brazos abiertos y la cena lista y preparada, ¡muchas gracias! Cenamos, charlamos y unas horas después Jae nos lleva al piso de alquiler donde viviremos estos dos próximos días, en la zona de Linnégatan (calle Linneo, para entendernos :P), ¡y está genial! Tiene dos sofás cama bastante grandes y baño propio, así que perfecto. Además, nos recomiendan un sitio cercano para ir a desayunar la mañana siguiente, así cubrimos la falta de cocina en el piso. Y es que éste no es un piso normal, os contamos: es frecuente en Suecia que muchos bloques o urbanizaciones de pisos tengan como un espacio reservado para habitaciones/pisos de alquiler, de modo que si tienes visitas de amigos o familiares (y naturalmente no tienes espacio en tu piso), puedes alquilar estos pisos/habitaciones los días necesarios. Una amiga francesa de Jae, llamada Julie, vive en el centro en una urbanización de bloques de pisos que dispone de unos bajos para alquiler diario, así que nos quedamos allí. Lo bueno es que los precios de este tipo de pisos, como sólo se ofrecen a conocidos y/o familiares, son espectacularmente baratos, y teniendo en cuenta que Suecia es un país en el que el alojamiento es muy caro (en cuanto a hoteles, claro, porque los precios de las casas son otro cantar), este pisito se agradece enormemente :D


Domingo 1 de abril


Siguiendo las recomendaciones de Julie y Jae, desayunamos en el buffet sueco del café St. Tropez, que por 49kr te pones ciego a lo que quieras, aunque casi todo al estilo sueco: panes diversos, queso en lonchas, jamón cocido, salami, caviar (que los suecos lo toman en un tubo como de pasta de dientes), cereales, fil (especie de yogur agrio que, no sé por qué, a Luis le gusta mucho aunque cuesta hacerse con el sabor), zumito de naranja, y toneladas de café.


A media mañana, viene Jae con la pequeña Alma y esperamos en el piso a que venga Mathias, que ha ido a la estación de tren a recoger a una amiga japonesa de Luis que vive desde hace muchos años en Suecia, Misuzu, que además viene acompañada de su pequeña Moa de tan sólo 1 año. Al final, nos juntamos todos en el piso y después de darnos regalos, hacernos fotos y que se nos caiga la baba con las peques, salimos todos juntos a dar un paseo por la ciudad.


Aquí tenéis a las mamis y las peques, Misuzu y Moa, y Jae y Alma:



Salimos y nos encontramos con la Oscar Fredriks Kirka, la iglesia "del barrio" donde vivimos, bastante impresionante la verdad. Vamos en dirección al barrio de Haga, el distrito más antiguo de la ciudad (data de 1648) que hace unos cien años era un barrio de marineros y pescadores, con bastante mala reputación, mucha suciedad, alcohol, burdeles y demás. Ahora, sin embargo, es un barrio “rehabilitado”, con muchas tiendas chulas, edificios reformados, cafés molones y en definitiva un sitio agradable por el que pasear. Hoy es domingo y hace un día espectacular (¡hace calooooor!), por lo que todas las tiendecitas han sacado sus productos a la calle, hay tenderetes por todas partes y hasta los cafés venden sus dulces y postres en la calle. ¡Un ambientazo! Una maravilla… Mirad, mirad qué puestecito de flores más mono:



Desde Haga, cogemos la calle Vasagatan para llegar a la avenida principal de la ciudad, Avenyn (Kungsporstavenyn, para los puristas :P). Por el camino, vemos la Hagakyrkan (iglesia de Haga), algún que otro museo, la universidad… y un montón de casas y edificios preciosos. Paseamos tranquilamente por Avenyn que está a tope de gente, todos los suecos en mangas de camisa, tomando el sol en las terracitas y aprovechando al máximo el precioso día que hace, cruzamos el canal y paramos a comer en un restaurante griego, ¡que es bastante tarde, ya! (al menos para el horario sueco, ^_^). Aquí os dejamos con una fotito de la iglesia de Haga, mirad qué ambientazo en el césped, jejejeje:



Después de comer, nos despedimos de Alma, Jae y Mathias, que se van a casita a descansar y a sacar a Chico a pasear y nos quedamos con Misuzu y Moa. Decidimos subir Avenyn otra vez y acabar en Götaplatsen, donde aparte de la famosa estatua de Poseidón (presidiendo la avenida), se encuentran edificios culturales como el Konserthuset (sala de conciertos), el Stadsteatern (teatro de la ciudad) o el Kontsmuseet. Allí hacemos algunas fotos, jugamos con la peque y charlamos un rato al sol. Aquí tenéis a Misuzu y Luis y toda la Avenyn detrás:



Decidimos acompañar a Misuzu y Moa a la estación de tren (de vuelta a Jonköping, donde vive con Patrick), así que bajamos otra vez por Avenyn hasta llegar a la Centralstationen, donde antes de despedirnos de ellas, cogemos los billetes de tren que ya habíamos reservado desde Madrid para ir a Estocolmo. Esperamos a que sea la hora y nos despedimos de Misuzu y Moa… ¡muchísimas gracias por la compañía!


Ya solitos, decidimos aprovechar que hace un día espectacular y vamos paseando hasta la orilla del Göta Älv (el río Göta, que pasa por la ciudad), donde está uno de los edificios más representativos de la ciudad, el llamado "Lipstick" (aunque su nombre real es Göteborgsutkiken), un edificio de oficinas de formas bastante feas (todo hay que decirlo, aunque depende de con qué ojo lo mires, porque a Laura no le gusta y a Luis sí :P) de colores rojo y blanco (por eso se llama "lipstick" o sea, "pintalabios"), desde donde se disfrutan preciosas vistas del puerto. Cerca, está la Ópera de Göteborg, donde aprovechamos para sentarnos a descansar un rato de tanto paseo. Una fotito del "pintalabios", jejejeje, con los barquitos del puerto:



Con las fuerzas recuperadas, decidimos ir hacia nuestro barrio (que está en la otra punta de la ciudad) paseando paralelos al río y así poder ver las embarcaciones del puerto, los barcos de crucero, etc. Finalmente, llegamos hasta Roselund y Jarntorget, donde ya subimos por la calle Linnégatan y llegamos a casa a descansar.


Lunes 2 de abril


Hoy nos vamos a Estocolmo, así que cogemos sólo una maletita pequeñita con lo básico, dejamos el piso de alquiler y nos vamos a casa de Julie, que muy amablemente nos dejará su casa a partir del miércoles (justo cuando volvemos de Estocolmo ella se va a Francia, por lo que nos deja quedarnos en su piso, ¡genial!). Dejamos la maleta ahí, cogemos el tranvía nº1 en Prinsgatan hasta Centralstationen, desayunamos un poco y en menos que canta un gallo estamos en el X-2000 hacia Estocolmo, ¡genial! Y como a Luis le van los trenes (¡es un trainspotter!), ahí va una fotito:



Las vistas desde el tren son espectaculares, mucho bosque y mucho lago, sobre todo, y como los asientos son comodísimos (vamos en primera clase, pero tiene truco, y es que al sacar los billetes con mucha antelación, los precios son realmente asequibles, y por unos 12 euros adicionales vas en primera) y vamos solitos en un mini-compartimiento, pues las 3 horas de viaje se pasan rápido. Además, la llegada del tren a Estocolmo es espectacular... ¡qué vistas! Laura no para de decir que es precioso, y eso que acabamos de llegar. En 10 minutos, llegamos al hotel, el Nordic Sea Hotel, hacemos todos los trámites, dejamos las cosas en la habitación (que es pequeñita pero perfecta, muy moderna y confortable), comemos algo rápido y ale… ¡a disfrutar de la ciudad! Y sin abrigo, porque hace un sol y un calor espectacular.


Mirad qué guapo está Luis en esta foto tomada en el tren... ¡ñami!:



Paseamos desde la zona del hotel (a cinco minutos de la estación de tren, en pleno centro de Estocolmo) por Vasagatan hasta Helgeandsholmen, que es uno de las 14 islas en las que se asienta Estocolmo, justo en la desembocadura del lago Mälaren en el mar Báltico, y ésta en concreto tiene la peculariadad de que es la seda del Parlamento sueco, y es tan pequeñita que en ella sólo hay eso, el Parlamento :D. Cruzamos uno de los miles de puentes de la ciudad para dirigirnos hacia Gamla Stan, que es la parte antigua de la ciudad, como su propio nombre indica (la traducción de Gamla Stan es "ciudad vieja"), donde están los edificios y casas más típicos y pintorescos de Estocolmo, una maravilla de barrio. A continuación, fotito de la calle Västerlånggatan, ¡preciosa!:



Paseamos tranquilamente por una de las calles comerciales más estrechitas y con más ambiente de todo Gamla Stan, Västerlånggatan (calle larga del oeste), hasta llegar a la Tyska Kyrkan (o sea, la iglesia alemana), desde donde cambiamos de calle y paseamos por Österlånggatan (calle larga del este :P) otra calle bastante típica del barrio antiguo donde podemos ver la estatua de San Jorge (S:t Göran) con el dragón:




Pasamos de refilón por el Palacio Real (o Kungliga Slottet, que es el palacio que se construyó en el lugar donde estaba el que se quemó en el siglo XVIII, aunque ahora la familia real sueca viva en Drottningholm, otro palacio situado cerquita de Estocolmo, aunque más hacia el interior, también a orillas del mismo lago) y vamos directos hacia la Plaza Mayor (o Stortorget en sueco), que es una preciosidad, con sus casas antiguas de formas distintas y colores vivos, con cafés a sus pies y un ambiente muy muy interesante. Mirad, mirad:



Después de descansar un poco admirando la belleza de la Stortorget, volvemos al Palacio Real y desde ahí paseamos por el paseo Strömgatan (paralelo a la “costa”). Decidimos cruzar el puente Strömkajen para ir hacia otra islita de Estocolmo, Skeppsholmen, donde está el hostal juvenil más famoso del mundo, el Af Chapman, característico por tener un barco de vela anclado en las aguas de Estocolmo que tiene tanto habitaciones como café y restaurante. Desgraciadamente, el barco está en proceso de rehabilitación, por lo que no se encuentra en la isla… ¡lástima! Pero las vistas son preciosas:



Volvemos sobre nuestros pasos, pero en vez de ir hacia la izquierda (que sería volver hacia el "centro"), decidimos girar a la derecha en dirección a otro barrio de la ciudad, pasando de puntillas por los límites del conocidísimo Kungsträdgården, y alcanzamos la plaza llamada Nybroplan, en la que nos sentamos un poco a descansar y tomar el sol (a recuperar fuerzas, en realidad, que el paseo estaba siendo espectacular, ^_^), pero decidimos ponerlos las pilas otra vez pronto e ir paseando por Strandvägen. Desde ahí se ve, a lo lejos, Djurgården (jardín de animales), una zona de Estocolmo en la que se encuentra Skansen (que es un museo al aire libre en el que se encuentran reproducciones de casas y tradiciones de toda Suecia), el Nordiska Museet (museo nórdico) y el Vasa Museet (Museo del barco Vasa). Mires hacia donde mires, Estocolmo es precioso:




Al rato, decidimos volver sobre nuestros pasos e ir por Birger Jarlgatan (calle dedicada al fundador de Estocolmo) hasta Stureplan, donde giramos a la izquierda hacia Kungsgatan, una amplia calle comercial. Desde ahí, callejeamos por Sveavägen y salimos a Sergels Torg, famosa plaza con un peazo obelisco extraño y donde se encuentra la Kulturhuset (casa de cultura) donde nos sentamos a descansar un ratillo y repasar fotos. Aquí la placita en cuestión:





Estamos algo cansados y es un poco tarde ya, así que decidimos volver al hotel (está ya a cinco minutos, ¡hemos andando un montón!) a descansar un rato y prepararnos para la cena... Y es que para cenar decidimos ir a otra zona un poco más alejada, Södermalm, la isla del sur, y cenar en el Östgöta Källaren, que según nuestra Lonely Planet es un pequeño restaurante donde sirven buena comida típica sueca (llamada hustmanskost) a precios razonables, con baja iluminación y velitas en la mesas... Así que cogemos el metro y allí que vamos. Por suerte, el restaurante está lleno pero queda una mesita para dos, ¡justo para nosotros! Y qué pinta tiene todo, espectacular... Para empezar decidimos compartir uno de los platos más típicos (y deliciosos) de Suecia, el Gravad Lax (salmón marinado con una salsa especial a base de mostaza y eneldo) y de principal ambos decidimos decantarnos por la carne (Luis un filete de buey con una salsa especial y Laura un filete a la pimienta con salsa también), todo acompañado de patatitas, que parece ser que es muy típico aquí. De postre, Luis se pidió un tartita de chocolate y Laura un trocito de queso camembert frito con una mermelada típica de Escandinavia de un fruto llamado “Hjortron” (nombre latino, “Rubus Chamaemorus), que parece que en español se traduce por mora de los pantanos o mora ártica. Pues eso. En fin, que estaba todo deliciosooooooooo, pero mucho mucho, eh. Tanto que decidimos volver al hotel andando (aunque estábamos bastante lejos), ¡así bajábamos la comida! Por lo que fuimos andando hasta el extremo de la isla sur, Slussen, desde el que cruzamos hacia Gamla Stan y una vez más cruzamos hacia el centro, en dirección a nuestro hotel. Estuvimos un buen rato paseando, pero la verdad es que hacia una noche preciosa (nada de frío ni viento) y nos fue muy bien para bajar la cena, jejejejeje.


Os dejamos con un detallito de Gamla Stan, para que veais lo precioso que es este barrio:



Martes 3 de abril


¡Como ha cambiado el tiempo! Si durante el día anterior habíamos ido sin chaqueta, hoy hace un viento increíble, un viento de esos fríos que te hiela la cara y el cuerpo en general. En fin, será cuestión de andar mucho para entrar en calor, jejejejee.


Después de desayunar en el hotel, vamos en dirección a Slussen, donde subimos un montón de escaleras para tener unas preciosas vistas de la ciudad desde la plataforma de Katarinahissen (un ascensor que hay que te sube los 38 metros que separan el nivel del mar del restaurante Gondolen, uno de los más pijos y caros de la ciudad). Eso sí, imaginaos, si a nivel del mar hacia viento, unos cuantos metros más arriba la cosa era impresionante… ¡Laura se convirtió en los “pelos-locos”! Jejejejejeje... Hacemos muchas fotos en la zona, porque las vistas son realmente espectaculares, y como el cielo está un poco cubierto, las fotos quedan preciosas... un ejemplo, aunque hay miles:



Bajamos y vamos hacia Riddarholmen (otra islita) para tener unas vistas interesantes del Stadshuset (el ayuntamiento, vaya), pero dejamos la visita al ayuntamiento para el día siguiente y decidimos ir a Gamla Stan de nuevo, para ir a ver el cambio de guardia al ladito de Stortorget. Allí estamos un buen rato, viendo los guardias yendo y viniendo, escondiéndose detrás de columnas (sí, sí, escondiéndose, lo habéis leído bien), saliendo disparados corriendo de detrás de las columnas (sí, sí, corriendo, lo habéis leído bien). En fin, un cachondeo de cambio de guardia… nos gustó, oye, a ratos era “cómico” y todo, jejejejeje. Aunque no nos reiremos mucho, que sabemos que nuestro amigo Mathias nos lee, y nos contó que cuando le tocó hacer la mili, hizo de guardia real durante unos días. Y es que, al parecer, hoy en día el honor de ser guardia real del palacio es algo que ya no está reservado a un cuerpo específico del ejército, sino que está abierto a todo el ejército por igual.


Mirad qué monos los soldaditos, jejejeje:



Pelados de frío (el viento es matador), decidimos volver andando al hotel a dejar unas cosillas, comer algo rápido (cae un kebab, si es que es de lo más barato y rápido) y cogemos el autobús nº 47 en Sergels Torg para ir a otra zona un poco más alejada del centro de Estocolmo, Skansen. Bajamos en la última parada del autobús y retrocedemos para pasear por la zona y ver (desde fuera) el Grönalund Tivoli (el parque de atracciones), la entrada de Skansen (el parque al aire libre con casas y tradiciones de toda Suecia), el Nordiska Museet y el Vasa Museet, al que finalmente decidimos entrar a visitar. El Museo del Vasa es un museo que gira alrededor de un antiguo barco sueco llamado Vasa, que el mismo día de su botadura (el 10 de agosto de 1628), a los pocos minutos de estar navegado, no pudo con una pequeña racha de viento, se torció y se hundió en las profundidades del Saltsjön. Nada más y nada menos que 333 años más tarde, el barco fue localizado y en un largo proceso de varios años, fue llevado otra vez a la superficie... ¡alucinante! El barco es naturalmente la pieza principal del museo, y casi todo lo que vemos hoy en día es original (lo recuperaron casi todo, ¡increíble!, aunque tiene su explicación, y es que las aguas del Báltico son demasiado poco saladas como para soportar la vida de la termita que carcome la madera sumergida), pero el museo es mucho más que eso y muestra varios documentales sobre el proceso de recuperación del barco, sobre la investigación que hubo en el siglo XVII para esclarecer las causas (y el culpable) del suceso (se disponen de los archivos originales de los interrogatorios que se llevaron a cabo), sobre los colores y la pigmentación real de la madera del barco (alucinante, dorados y colores vivos con todo lujo de detalles por todas partes... ese barco era un "mira lo poderosos que somos", aunque se hundiera, jejejejee), sobre el proceso de rehabilitación de todas las partes, sobre la vida en Estocolmo en el siglo XVII, paneles que explican las distintas partes del barco… extremadamente interesante.


Vale, es imposible poner una foto de todo el barco (¡es demasiado grande! ¡Enooooorme!), así que os ponemos una foto de Lau delante de (sólo) la proa del barco, así os podéis hacer una idea de lo grande que es:



Después de casi 3 horas en el museo (¡si es que da para mucho! Es una maravilla), cogemos otra vez el autobús nº47 hasta un pequeño parque en pleno centro de la ciudad, el Kungsträdgården, que hoy está poco animado por el viento frío que hace… En primavera y verano, o mejor dicho, cuando hace bueno, está muy animado, con tenderetes, terracitas y mucha gente, pero hoy… En fin, allí nos sentamos un rato a descansar y finalmente vamos al hotel a dejar los trastos, que es hora de cenar.


Decidimos cenar cerca del hotel, en un restaurante de carne a precios módicos llamado Jensen’s Bøfhus (es una cadena danesa, de ahí la "ø" en lugar de la "ö" sueca :P) también ambientado con velitas pero menos romántico que el de la noche anterior, todo sea dicho. Comemos bien y hacemos tiempo para la actividad más esperada de la noche… la visita al ABSOLUT ICE BAR STOCKHOLM! ^_^





Y es que habíamos reservado poder acceder al Bar de hielo de Estocolmo a las 21:45h, así que unos minutitos antes ya estábamos ahí (en el hall de nuestro hotel, el Nordic Sea Hotel, que dicho sea de paso es el hotel que alberga este bar, aunque se puede ir al bar sin ser cliente del hotel, por supuesto). A los pocos minutos, nos llaman, nos ponen una especie de ponchos térmicos que llevan colgados los guantes (para Laura los “peaaaacho guantes”) y ale, ¡para dentro! Y qué podemos decir, ¡es una pasada! Absolutamente todo está hecho de hielo, de hielo del río Torne, en la Laponia sueca... ¡una maravilla! Lo curioso es que los otros Icebar que hay, en Londres, Milán, Tokio y ahora en Copenhague, el hielo utilizado también es del río Torne! Imaginad para trasladarlo a Japón! La temperatura se mantiene constante a -5º C, así que hace frío, pero tampoco tanto... uno no puede evitar quitarse los guantes y tocar la barra del bar, parece cristal pero no, no lo es, es hielo de verdad, increíble. Aquí nos tenéis, jejejeje:



Pedimos dos cocktails hechos con distintas variedades de vodka Absolut (aquí tienen todas las variedades que uno pueda imaginarse) y ale, a beber del baso... ¡de hielo! Si es que cuando decimos que todo está hecho de hielo es verdad... Allí pasamos tres cuartos de hora, bebiendo, haciendo fotos, tocando el hielo y flipando en general... aunque el bar es pequeñito y hay gente, la verdad es que es una experiencia increíble y muy-muy divertido. ¡Os lo recomendamos! Aunque si esto os gusta, lo mejor es pasarse por el hotel de hielo en Jukkasjärvi, en la Laponia sueca, que es el verdadero originante de esto de los Icebar... Nosotros tenemos pensado ir, antes o después :D


Os dejamos con una divertida foto de Lau, escondiéndose detrás de paredes de hielo, jejejeje... ¡ay, el vodka!



Miércoles 4 de abril


Después de desayunar y hacer el check-out, decidimos ir al Ayuntamiento. Aunque por desgracia no se puede subir a la torre (desde donde, en teoría, uno puede disfrutar de vistas espectaculares de la ciudad... pero están remodelándola o algo), nos pasamos un buen rato en el jardín del ayuntamiento, haciendo fotos a diestro y siniestro. Aquí una vista del ayuntamiento al completo, visto desde fuera:



Paseamos un poco por las orillas cercanas, donde hay varios yates atracados esperando la llegada de la primavera y finalmente vamos paseando de nuevo hacia Gamla Stan, el barrio antiguo de Estocolmo. Y aprovechamos para pasar por la calle más estrecha de la ciudad, mirad, mirad:



Y acabamos sentándonos en uno de los cafés de la Plaza Mayor, tapándonos con las mantitas que hay sobre las sillas y tomar un (típico) chocolate caliente con nata con un (típico) bollo de canela (llamado kannelbulle). Y sí, habéis leído bien, “mantitas”. Y es que todas las terrazas tienen sobre cada silla una mantita para que uno al sentarse pueda taparse las piernas o el cuerpo si tiene frío, ¡mola! Jejejejejeje… Y para ejemplo, un botón: aquí tenéis a Luis disfrutando de su chocolatito y su kannelbulle bien tapadito con una mantita:



Allí estuvimos un buen rato, viendo la gente pasar, disfrutando del ambiente de esta preciosa plaza, tomando nuestro chocolatito y el bollito… una maravilla. Escuchamos música y tambores cerca, así que cuando nos cansamos de estar ahí, decidimos acercarnos al Palacio Real, que el cambio de guardia de hoy es con orquesta… ¡y vaya orquesta! No tocan la típica música oficial, militar, etc… no, no… es música festiva, casi popera… ¡una pasada! De hecho, Luis asegura que en su anterior visita a Estocolmo los escuchó tocar música de Abba, aunque Laura no termina de creérselo... Y los movimientos de los músicos también resultan la mar de cómicos… desde luego, nunca definiríamos el cambio de guardia en Estocolmo como “aburrido” o “clásico” o “tradicional”, sino que es más bien... divertido, jejejeje. ¡Música!



Se acerca la hora de irnos, así que volvemos paseando al hotel, cogemos nuestras cosas, vamos hasta la estación de tren, compramos algo de comida y ale, subimos al X-2000 de vuelta a Göteborg. Laura come y duerme placidamente las tres horas que dura el viaje, mientras Luis lee la revista de Fórmula 1 que se ha comprado en la estación. Al llegar a Göteborg, cogemos el tranvía nº1 hasta Prinsgatan y vamos a la casa de Julie, un "piso Ikea" la mar de chulo. Todo es de Ikea, pero la decoración es fantástica y todo está nuevecito, una maravilla.


Compramos cuatro cosas para desayunar en casa los próximos días y a las 19:30h, Mathias nos recoge con el coche y nos lleva a su casa, donde cenamos y charlamos un buen rato… ¡muchas gracias por todo, de nuevo!


Jueves 5 de abril


A media mañana, Jae, Mathias, la pequeña Alma y Chico (su perro) vienen a buscarnos para ir en coche a la costa de Göteborg, la playa, vaya. Eso sí, no hay arena, sino rocas enormes y bastante suaves, lo que da un toque característico a la zona. Pasamos un buen rato por la zona, paseando, charlando y jugando con Chico que está como loco, claro. Una vista de la costa/playa:



Después, dejamos a Chico en casa y nos vamos al Ikea… allí, echamos un vistazo a las cosas que tienen (que Jae y Mathias se mudan pronto a una nueva casa, ¡y hay que comprar cositas!) y acabamos en el restaurante para comer el plato más típico de Suecia, las köttbullar (albóndigas suecas). Los chicos optan por el plato de 20 pelotitas, ^_^, que vienen con sus patatas cocidas, su salsa de carne y su mermelada de arándanos, mientras que las chicas decidimos tomar sólo 10, jejejejejeje... Aquí una prueba del número increíble de albóndigas que había en la mesa, ^_^:



Para bajar la comida, decidimos ir a Freeport, un conocido centro comercial estilo outlet con una gran cantidad de tiendas de ropa, decoración, etc. Ahí uno puede encontrar de todo a precios mucho más rebajados... y claro, la tentación era tal que Luis se compró unos vaqueros de Levis y Laura una falda vaquera de Levis también... ¡aaaay! :))))))


Dejamos a la familia descansar (que la pobre Alma se ha portado muy bien, y mira que la hemos sacado y metido en el coche mil veces!) y nosotros decidimos ir a cenar a un restaurante que hemos visto en Linnégatan, A Hereford Beefstouw. Comemos de maravilla (salmón marinado, gambas fritas, carne y patatas) y además el trato es exquisito, los camareros son muy amables (algo que podemos decir de todos los locales a los que hemos ido en Suecia, la verdad), así que disfrutamos mucho de la velada y de la noche.


Viernes 6 de abril


¡Hoy toca Copa Davis! Sí, sí, como lo leéis. Los cuartos de final entre Suecia y Argentina se juegan en Göteborg y como Mathias fue entrenador del número 1 de la selección sueca cuando era más pequeño (Robin Söderling, en el puesto 23 de la ATP) y juega hoy el segundo partido, pues vamos los tres a ver tenis. Ahí también están los padres de Mathias, que han venido con veintipico personas más de su club de tenis de su ciudad, Tibro.


Total, que cogemos un tranvía de la línea 6 desde Prinsgatan y vamos al centro de convenciones de Göteborg, que se ha dispuesto como pista de tenis para la Copa Davis. Cogemos buenos sitios entre las 4.000 personas que nos rodean, dejamos los abrigos y nos vamos al bar a tomar una cervecita y a esperar a que sean las 13h y empiece el primer partido: Thomas Johansson (Suecia) contra David Nalbandian (Argentina). Vence Suecia en 4 sets, 6-7 (3-7), 7-6 (7-2), 6-2 y 7-6 (7-0), en casi tres horas y 45 minutos de juego… ¡y unos cuantos tie breaks! Aquí tenéis al Thomas:



El segundo partido fue entre el mencionado Robin Söderling contra Juan Martín del Potro (en la posición 58). Ganó Suecia otra vez en 3 sets, 7-6 (4), 7-6 (4) y 6-4, en casi 2 horas y media de partido y otros tantos tie breaks, jejejejeje. Fueron partidos muy largos, pero muy rápidos y entretenidos… nos pasamos ahí un montón de horas, pero fue muy divertido, ¡muchas gracias Mathias! ^_^


Sábado 7 de abril


Hoy toca decir adiós a Suecia, así que hacemos las maletas, limpiamos el piso de Julie y esperamos a que Mathias venga a recogernos en el coche para ir a su casa y celebrar junto a sus padres el Påskafton, una festividad muy importante en la sociedad sueca: el sábado de Pascua las familias se reúnen y comen comida típica para ese día (un variado menú de platos deliciosos que curiosamente también se repite para Navidad, aunque el buffet de Navidad es todavía más extenso). Jae había preparado un montón de cosas, a ver si lo recordamos todo: Janssons Frestelse (literalmente, la tentación de Jansson, con patata, cebolla y anchoa al horno con nata, ¡delicioso!), köttbullar (albóndigas suecas, ¡ñami!), Gravad lax y Rökt lax (salmón marinado y ahumado con salsa de mostaza), tres tipos distintos de Sill (arenques: con cebolla, en vinagre, y con mostaza) que estaban para chuparse los dedos (sobre todo el arenque en mostaza, ¡ñami!), una tortilla de champiñones (no recordamos el nombre en sueco, jooooo...), salchichitas, huevos rellenos de caviar, huevos rellenos de mayonesa y gambas... en fin, ¡una pasada de comida! Todo acompañado con bebidas típicas para la ocasión: un refresco parecido a la coca-cola (pero sin tanto gas y algo más dulce) llamado Påskmust y una cerveza también típica de Pascua llamada Påsköl. Ñam, ñam, ñam... qué se puede decir, ¡una imagen vale más que mil palabras!:



De postre, cafetito (es la bebida nacional) con un pastel hecho con una base de mazapán, clara batida, chocolate espolvoreado y chocolates en forma de pequeños huevos para decorar… Jae, desde aquí te decimos que estaba absolutamente todo buenísimo, ¡muchas gracias por invitarnos!


Después de hacer la digestión, Jae se enfundó guantes y abrigo y salió a pasear a Chico y Alma, mientras Mathias dejaba a sus padres en el hotel y a nosotros en el súper-aeropuerto-hangar. Gracias por todo, Mathias.


Ahí, facturamos bastante rápido, pero tuvimos que abrir la maleta y quitar un par de cosas (para ponerlas en las bolsas de mano, lo cual es estúpido, porque el peso va en el avión igual), ya que los de Ryanair son muy estrictos (y también hay que decirlo, nos tocó la tía borde que no sonreía nunca) y nuestra maleta pesaba casi 3kg más de los 15 permitidos, pero no llevábamos tantas cosas de más, así que seguro que un poco trucada la báscula estaba... En fin, quitamos un par de cosas y listos. Pasamos el control sin problemas, nos sentamos a esperar y... ¡empezó a nevar! Sí, sí, como lo leéis... estaba nevando a saco, una pasada.


Y poco más que contaros, corrimos por la pista hacia el avión (¡mola!), cogimos asientos de salida de emergencia (¡mola para Luis!), comimos los sandwiches que nos habíamos preparado para cenar en el avión (ese olorcito a salami sueco que inundó todo el avión, jejejeje) y básicamente nos aburrimos un poquito, pero al llegar a Madrid estaban los padres de Luis esperándonos, lo cual fue maravilloso, porque era tarde, estábamos cansados y en coche se tarda nada en llegar a casa, ¡muchas gracias chicos! Además, nos habían traido un mini-picnic con jamón, lomo, torrijas y cervecitas, para que cenásemos algo en casa :D


En fin, ha sido una semana espectacular… la hemos disfrutado muchísimo entre amigos en Göteborg y hemos hecho un poco el loco en Estocolmo, así que ha habido tiempo para todo: para cansarse haciendo turismo y para relajarse con amigos. Ha sido genial y desde aquí queremos mandar un besito a Jae, Mathias, Alma (y también a Julie, aunque no la llegamos a conocer), a Misuzu y Moa y a los padres de Mathias por hacer de nuestro viaje unas vacaciones maravillosas.


Un besito,

Laura y Luis

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Okay, this is obviously too long to be translated, sorry guys! But you can more or less follow the story by checking the bold words and the pictures, hehehehehe. If i have time during the week, i'll try to write a summary... but i can't promise anything! Love, L&L